En los últimos años, el uso de Internet ha ido aumentado sin medida, gracias a las nuevas tecnologías como los teléfonos móviles, ordenadores, tablets, etc, con las que podemos buscar cualquier información, chatear con cualquier persona, jugar a cualquier juego y pasarte horas y horas conectado.
Personalmente reconozco que llevo unos cuantos años adicta a Internet. Empecé a usar el ordenador, usando redes sociales como el Messenger y Tuenti, chateando y viendo noticias y fotografías de mis amigos. Después, seguí con otra red social llamada Skype, con la que hacía videollamadas con un grupo de amigos, y nos quedábamos horas y horas pegados a la pantalla del ordenador.
Pero con lo que realmente me enganché fue con el movil, cuando empecé a usar el Whatsapp.
Actualmente, reconozco que cada vez que tengo un momento, voy a mirar el movil, por si me han mandado algún mensaje, algún correo o simplemente para mirar si algún amigo ha subido algo a alguna red social, como el Instagram, Snapchat o Facebook, aunque yo no suelo publicar casi nada. Antes de dormir, todas las noches me dedico solamente al Internet, chateando, ya que para mí es un momento para relajarme. También admito que, cuando veo películas, también estoy atenta al móvil, y incluso cuando estoy con mis amigas o con mi familia. Pero, se cuando parar, se donde está el límite, dejar el Internet y disfrutar de lo que hago sin tener que usarlo.
Aquí os dejo un vídeo que ha creado una organización de ayuda a los adictos de internet, del que habla sobre el problema de la adicción a Internet, y nos hace reflexionar sobre el tema:
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